Durante este invierno, un inusual número de jóvenes focas grises, procedentes principalmente de las colonias de Irlanda y Gales, ha llegado a las costas cantábricas, desde Galicia al País Vasco. Posiblemente por una combinación de factores, tales como la meteorología y un aumento muy importante de la población de las citadas colonias, estas focas, en su mayoría nacidas en otoño de 2013, han ido llegando a diferente puntos de la costa, con distintas suertes. Aunque suene increíble, se ha constatado alguna agresión a varios ejemplares, y alguno ha aparecido muerto por probables ataques de depredadores en el mar.