Comienzan las lluvias, y con ellas los bosques, las riberas, los prados... se llenan de setas. Así que toca ponerse las pilas, y salir a conocer nuevas especies, y mejorar nuestras técnicas y resultados de fotografía de estos seres tan originales y efímeros. Estas tres, para abrir boca, pero lo mejor está por llegar.
Paseando por un camino muy otoñal en algún recoveco del valle del Curueño, en León, y naciendo entre montañas de hojas de hayas, avellanos, robles... encontramos esta (y otras) Amanita muscaria. Hasta que no me tiré al suelo, no vi la composición que tenía delante! El camino en penumbra, con la luz dorada al final, tamizada por las pocas hojas que van quedando en los árboles, me pareció una gran suerte. Espero que os guste el resultado. :)
