Al amanecer, y saliendo de la espesura del robledal, esta recién formada pareja de osos juegan, pasean y buscan su desayuno en silencio.
Pocas oportunidades tan increíbles de disfrutar un observación así, y poder fotografiarlo.
No soy mucho de mostrar este tipo de documentos, pero, qué diantres, una entrada un poco especial para fin de año, que sirva para rememorar un año 2016 plagado de hermosos instantes en plena naturaleza, y que sirva como deseo para un nuevo año que ya promete!
Si saco tiempo, intentaré montar un video sólo de mamíferos, ya que este año ha sido realmente generoso en encuentros, y siempre apetece compartir los buenos momentos.
¡Un brindis por ello, y por vosotros! FELIZ 2017!
