Mirlos acuáticos
Una de mis especies favoritas de entre las muchas que habitan nuestros ríos: el mirlo acuático (Cinclus cinclus). Indicador de cierta buena salud de los cauces, ya que se alimenta de invertebrados propios de aguas ‘limpias’, puede verse (y oírse) con frecuencia con su típico movimiento sube-baja en alguna piedra que asome en mitad del río, con su llamativo pecho blanco.
En esta época, pueden encontrarse cebando, o aun empollando, según las zonas. En este caso, se trata de un discreto nido ocupado por una pareja, y parece que los pequeños están a puntito de asomar el pico a la vida. Esto es mi deducción, basada en la observación (y no interferencia) del recodo del río que habitan, viendo el comportamiento de los adultos, la ausencia de cebas, y lo poco que sale la hembra del nido. Puede que mientras esté escribiendo se estén resquebrajando las cáscaras de los hasta 6 huevos que puede poner la hembra en cada puesta (en ocasiones hasta dos puestas anuales), y comience el frenesí de idas y venidas con cebas, el buceo incansable para abastecer a los nuevos habitantes del río, el vuelo raso entre la espuma de los rápidos…
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